El Tarot es un oráculo conformado por una baraja de 78 cartas, divididas en 2 grandes grupos:
Arcanos Mayores: simbolizan grandes mensajes con una gran profundidad e importancia. Es un grupo de 22 cartas.
Arcanos Menores: representan situaciones de la vida cotidiana, mensajes concretos. Es un grupo de 56 cartas que están divididas en 4 palos (Copas, Bastos, Espadas, Oros), que van del As al 10, más 4 las figuras de la corte por cada palo (Sota o Paje, Caballero, Rey, Reina).
Arcano = Misterio
El Tarot es un “libro de sabiduría”, porque cada una de sus cartas se nos presentan como mensajes que podemos reflejar en nuestra propia vida, que podemos tomar para nosotros mismos y que nos ayuda a construir nuestro camino espiritual. Todos los detalles que tienen las imágenes de las distintas cartas nos ayudan a comprenderla, y a simple vista, encontrar un significado que nos inspire.
El tarot funciona como un ejercicio de pregunta-respuesta donde obtengo una proyección frente a mi vida, que me ayuda a resolver las inquietudes. Nos ayuda a comprender nuestra realidad, qué caminos estamos tomando, y alcanzar un mejor autoconocimiento y desarrollo espiritual. Es una herramienta de proyección y pronóstico, hace una lectura del presente y de las energías que vienen del pasado, para saber qué puede llegar a ocurrir en el futuro. Por lo tanto, nos ayuda a decidir, pero no decide por nosotros, no puede decretar un futuro inmodificable sino una proyección que puede varias en base a las decisiones que se toman a partir de la lectura. El futuro proyectado sólo se cumplirá al pie de la letra si la persona no cambia su forma de actuar para mejorar el resultado.
Para realizar un uso adecuado del Tarot, se deben hacer preguntas trascendentales que impacten en nuestras vidas y necesiten de un discernimiento adicional, no preguntas banales o egoístas. Preguntas muy concretas y bien delimitadas, no preguntas abiertas, sino con una pregunta abierta es muy difícil que obtengamos una respuesta que realmente nos sea útil. Más concreta la pregunta, más concreta la respuesta. A la pregunta la debemos tener en mente mientras se mezclan las cartas, mientras se corta el mazo, y mientras se sacan las cartas.
Los mazos ordinarios aparecieron por primera vez en la Europa cristiana, en los reinos de la península ibérica, aunque muy probablemente hayan sido traídos de Oriente por los árabes, pero esta vinculación está poco documentada.
Las primeras fuentes de Europa describen un mazo con las 56 cartas típicas que van del 1 al 10, más cuatro figuras), como un mazo moderno sin comodines. Los palos eran cimitarras, bastones, copas y monedas. Estos dibujos evolucionaron rápidamente hacia los palos básicos latinos: espadas, bastos, copas y oros, que se usan todavía en los mazos de naipes tradicionales españoles e italianos.
Desde 1377 en adelante puede fijarse, con alguna certeza, una difusión mayor de los naipes en Europa. Las primeras referencias al tarot aparecen en el siglo XV en Italia. La baraja más antigua es el tarot del duque de Milán, Filippo María Visconti (1412-1447), hoy día en la Biblioteca de la Universidad Yale. Es conocida actualmente como la baraja Visconti-Sforza, posiblemente para celebrar el casamiento de su hija Bianca María con su sucesor el futuro duque Francisco I Sforza.
Según plantean los investigadores Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del tarot habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana, cuya filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de tarot. Así, la presencia de una papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras referencias a un cristianismo distinto al de la ortodoxia romana harían pensar en un uso original del tarot como una transmisión de un conocimiento filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un sistema adivinatorio. Pero la papisa fue, en realidad, un símbolo de la fe cristiana, como demuestran numerosas obras de arte de la Edad Media.
Otros autores afirman que los gitanos, en su deambular por los países europeos, promovieron el tarot como un sistema adivinatorio. Hay, de hecho, quien sostiene que el tarot logró sobrevivir a la Inquisición, ya que los gitanos no representaban objetivos prioritarios de la jurisdicción inquisitorial, por los que ellos, sus conocidas prácticas esotéricas y sus efectos personales consiguieron zafarse de la persecución y la hoguera y llegar hasta nuestros días. Pero es cierto que los gitanos llegaron a Europa cuando el tarot era ya conocido. Por otra parte, el tarot se juega en Italia desde el siglo XV, y en el siglo siguiente se propagó en muchas regiones de Europa: en primer lugar, Francia, después Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. La adivinación con el tarot aparece con seguridad en Italia y Francia en el siglo XVIII.
La palabra Arcano es un concepto bastante moderno dentro del Tarot, si bien la palabra en sí no lo es. Para la Real Academia Española, significa algo secreto u oculto no revelado, algo misterioso o muy difícil de conocer. Su etimología viene del latín Arcanum, que significa “contener algo importante”.
Podemos recordar dos arcas muy importantes en la historia de la Biblia, el Arca de Noé, que sirvió para salvar a la humanidad y los animales después del Gran Diluvio, y el Arca de la Alianza, donde están guardadas las tablas de la ley, el gran conocimiento dado por Dios a los hombres para que obraran bien y no se descarriaran. Estas dos arcas contenían dentro de sí aspectos muy importantes, y la idea era poder perpetuar esto que contenían a través de las generaciones. Entonces Arca, también viene de este sentido de poder traspasar un conocimiento de generación en generación.
En el mundo del Tarot no siempre se conocieron a los Arcanos con este nombre. En realidad, a los Arcanos Mayores se los conocía como “Triunfos”, y a los Arcanos Menores como “Palos” o “Pintas”. Por otra parte, a las Figuras de la Corte se los conocían como “Honores”, y este concepto es así porque estas figuras representaban modelos a seguir, personalidades importantes que se identificaban como a quién nosotros debemos parecernos y qué es lo que nos puede llegar a dar honor en la sociedad. Entonces Palos, Triunfos y Honores, era la forma en que se identificaban a las cartas del Tarot antes de llamarse Arcanos.
El término Arcano referido a las cartas del Tarot se lo debemos al ocultista Paul Christian, quién escribió un libro llamado “Historia de la magia” en 1870, es decir, finales del siglo XIX, y es este libro el primero que se refiere a las cartas del Tarot como Arcanos. Por lo tanto, desde esta referencia el término empezó a popularizarse entre las sociedades secretas, y otras personas posteriores a él siguieron utilizando el término para referirse a las cartas como Arcanos.
Se creía por tradición que el Tarot venía desde Egipto como un misterio que estaba por revelarse, que había pasado siglos escondido bajo la fachada de una baraja de juego y que ahora se quería rescatar. Por eso Paul Christian y otros ocultistas de esa época dieron este significado de Arcano a las cartas, como este misterio que había que revelar, un conocimiento que pasaba de generación en generación. Esto como un inconsciente colectivo intrínseco del ser humano que se va heredando a través de las generaciones como una gran historia de la humanidad a la que podemos acceder. Esta información del inconsciente colectivo se presenta a modo de Arquetipo, que son figuras que representan un patrón o mensaje ancestral y trascendental.